Los santos inocentes

Bienvenidos a Criticas Pintescas. En este viaje en el tiempo iremos no demasiado lejos, es más, nos quedaremos en España. ¿Qué decir de mi país? Es reconocido por las paellas, toros y olé pero detrás de la sangría y los trajes de flamenca, la historia de España durante el siglo XX ha sido salpicada por la sangre de muchos inocentes.

Vivimos una segunda república llena de lideres y presidentes que jugaban a “rey muerto, rey puesto” en sentido literal y metafórico. Estalló una guerra civil donde era común que hermanos se enfrentaran en ambos bandos, torturándose y mutilándose hasta la saciedad. Al final ganó el bando nacionalista, católico y anticomunista, pero una vez que se terminó el efecto berseker, nos encontramos con la realidad: campos devastados, familias analfabetas que tenían que cuidar de una tierra levantada por las bombas a cargos de los señoritos, dueño de las fincas (algunas veces compradas y otras impuestas a dedo por el dictador). La clase alta no sufría problemas mientras lamieras las botas del dictador y la clase media fue sustituida por unos agentes del poder que esclavizaban a las clase obrera que no tenía modo de ganar el sustento si no era por las ayudas que el estado proporcionaba a las clases medias.

Muchas son las películas que nos hablan de aquellos que no protagonizan historias; mientras nos fijamos en aquellos que les sonríe la fortuna, a mi me llama la atención la vida de aquellos que vivieron penurias, pues de lágrimas y la sangre se ha forjado el suelo que ahora pisamos.

Hoy, en Críticas Pintescas, Los santos inocentes.

La belleza del campo manchada por la soberbia del hombre

Comenzamos la película con un hombre mayor con un claro retraso mental corriendo entre los olivos. Parece que puede huir de algo pero la realidad es otra cosa, después se escucha un violín desgarrado (para su grabación se rompieron dos cuerdas a propósito) indicándonos el tono de la película, un sonido roto y triste, sin esperanzas.

Un tren para en las vias y unos jóvenes soldados recién salidos de la mili (el servicio militar obligatorio). Uno de ellos se llama Quirce y comenzamos la historia con él. Vive junto a su familia en medio del campo, una chabola de piedra con techo de paja, alimentándose de lo que les da la tierra. Está aprendiendo a leer con la ayuda de su padre, que a pesar de no ser el mejor parece que es el único que sabe algo de gramática. Paco el bajo, así le llaman, casado con la Régula, padres de Quirce, Nieves y Charito, la niña chica, con serios problemas mentales que la tienen atrapada en su cuerpo sin poder moverse y comunicándose a base de gritos. Es una familia desdichada y marcada con la tragedia, ya que no tienen absolutamente nada.

El hombre del principio llamado Azarías se aparece recogiendo las piezas de caza de su señorito; es quien cuida de la finca desde prácticamente siendo un niño y tiene una cierta simpatía por las aves, cuidando en especial de una vieja lechuza que apenas come por la edad. La familia de Paco y Régula dejan la chabola para trasladarse a la finca de un señorito que les dará trabajo y vivienda; Azarías les acompaña pero antes decide enterrar con esmero a la lechuza que parece haber muerto (o tal vez la ha matado para librarle del sufrimiento). Subidos a un carro tirado por caballos, marchan a la finca.

Don Pedro los recibe mostrándoles cuatro paredes con un par de habitaciones, pero están hechas de piedra buena y con un techo de verdad, incluso se llegan a sorprender al ver por primera vez la electricidad. Paco se encargara de la finca y su mujer de cuidar la casa y la granja, además de abrir y cerrar la verja cuando venga visita o quiera marchar. La familia se entera que han despedido a Azarías ya que se ha hecho viejo. Sesenta y un años trabajando para un señorito y lo despiden como si fuera un perro, abandonándolo por su retraso y por la edad. No le queda otro remedio que la familia lo recoja, pero trae un nuevo miembro, una cría de grajo.

cura

De vuelta en el presente, Quirce se encuentra con su hermana que trabaja duro en una fábrica. La historia de la niña tampoco tiene desperdicio. De nuevo en el pasado, comprobamos que Don Pedro quiere a los niños trabajando, impidiendo que puedan tener unos estudios y dejar el campo; la niña acaba sirviendo en la casa y el niño de mecánico. Hacen un bautizo en la finca y podemos ver como se comportaba la alta sociedad: Don Paco no es nadie en realidad, es el dueño de la finca pero nada más se dedica a cazar la comida del día, quien realmente manda son gente rica que viene de lejos a los que tienes que tenerle respeto pues son ellos quien te dan las cuatro pesetas que te sirven para comer. No los conoces ni falta que hace.

Ver, oír y callar. Ese es el lema de la familia.

Vemos como el grajo de Azarías se hace más grande, marcándonos el paso del tiempo, y aunque salga volando, acaba volviendo a su hombro, en una escena de gran belleza demostrando que Paco Rabal es un pedazo de actor de los pies a la cabeza.

De vuelta al presente, vemos a un Paco cojo sin saber porqué y una Régula muy envejecida viviendo en la chabola del principio. ¿Qué ha pasado?. La niña chica acaba muriendo mientras dormía y Azarías no se sabe donde está.

paco rabal

Esta es una de mis partes favoritas, la parte del padre, Paco el bajo. Interpretado por Alfredo Landa, un grande del cine español, vemos la vida de un pobre analfabeto que trabaja en la finca de un señorito. Es uno de los mejores recogiendo las piezas de la caza e Iván, otro señorito amigo de Don Paco, le interesa y este se lo presta. En una escena humillante, vemos a Paco arrastrándose por el suelo, oliendo la hierba para encontrar un pájaro que se había perdido. La servidumbre de Paco roza el gusto del esclavo por su amo y se muestra en toda la película ya que cada vez que se le llama, lo deja todo corriendo para atender las ordenes de su señor.

De nuevo se tienen que volver a humillar; en esta ocasión tienen que enseñar a un embajador que los empleados, como mínimo, saben escribir. Con una letra horrible de niño pequeño escriben su nombre a duras penas, con un señorito Iván soberbio hasta la médula. Las clases dominantes mantenían ineptos a las clases bajas para que no se rebelaran, pues sin cultura no sabe si uno está esclavizado o siendo sometido.

Paco se tiene que subir a un árbol para llamar la atención de los pájaros, así atrayéndolos y el señorito Iván pueda dispararlos. La desdicha acompaña al pobre hombre, que cae y se rompe la pierna. La cara de Alfredo Landa en ese momento es autentica pena, como un niño chico que no sabe que hacer y depende de su señorito, que le obliga a caminar con la pierna tronchada ya que no le cree. Lo envía al hospital y le recomienda reposo, cosa que veremos que no cumplirá.

paco

El señorito Iván necesita de alguien que le atraiga las perdices y se lleva a Quirce para ello. Se nota el cambio generacional, ya que mientras Paco besa el suelo por donde pisa su señorito su hijo se muestra muy indiferente e incluso rechaza el dinero que le ofrece el señorito, cosa que le molesta muchísimo. Como su hijo no le convence se lleva de nuevo a Paco, que al no estar recuperado del todo, se rompe la pierna de nuevo quedando una lesión de por vida.

En el presente de nuevo y por ultima vez, vemos como Quirce hecho un hombre marcha de casa de sus padres, con las lágrimas en los ojos caminando por el campo extremeño. Quirce va a un sanatorio para ver a Azarías, entregándole una cruz.

Para terminar vemos el momento álgido que cambia por completo el destino de la familia. Azarías acompaña al señorito Iván al campo para la caza, pero ese día no es capaz de acertar una. Insulta y degrada a Azarías, pero eso a él le da bastante igual. Cuando llama a su grajo, el señorito muestra su crueldad dándole un tiro y matándolo. Mientras el pobre llora por la perdida de su querido compañero, el señorito queda contento y le dice que le comprara otro.

Azarías queda destrozado por ese acto y tomará venganza. Subido a un árbol para atraer a los pájaros, le pone la cuerda alrededor del cuello y lo ahorca, terminando así con su vida.

Lo que vino después, nos podemos hacer una idea.

Una de las mejores obras del cine español

Con un presupuesto mínimo, en el año 1983 se estrenó esta película que rompió los records absolutos consiguiendo 500 millones de pesetas, y es que no es menos. Los actores adultos lo dan todo de sí, mostrándonos la actitud pertinente a la perfección para que entendamos su situación. Y es que no es menos.

Parece que ha llovido mucho, pero estamos hablando que en ese momento han pasado sesenta años. Mientras Europa estaba con un crecimiento brutal, en España estábamos bajo el yugo de una de las dictaduras más fuertes y largas del siglo XX. Mientras el resto del continente avanzaba social y tecnológicamente, gran parte de la población española no sabia ni leer ni escribir. Mostrar esa realidad era necesario y la gente supo verlo.

humilado

El despotismo de señorito, el jefe del latifundio era una corona de cobre, pues como se ve en la película, los señoritos no tienen obligaciones. ¿Qué actitud tiene alguien que no tiene nada que hacer, no poder avanzar como persona, simplemente estar en la finca y que todo el mundo trabaje? No he hablado de la trama de la mujer de Don Paco, que le engaña pero el aburrimiento de esas personas tenía que tomarse de dos modos: o rabia contra tus trabajadores o verlos como si fueran tu propiedad, tal como lo ve Iván.

Como toda obra tiene defectos. La trama de Nieves parecía interesante, ya que muchos señoritos durante el bautizo se interesan por ella, ya que es realmente linda, pero todo eso queda como papel mojado, igual que la trama de la mujer de Don Paco, que no sirve de nada. Hasta la mismísima Terele Pávez, interpretando a Régula, tiene peso en la trama, pues no vemos su visión.

Y hablando de visiones, a pesar de que los capítulos los protagonizan los personajes que se nombran, Azarías tiene mucho protagonismo. Es el personaje que de forma constante aparece en la pantalla y aunque eso me pellizca un poco porque quisiera la visión de cada personaje tengo que admitir que todos los personajes me resultaron interesantes.

Merece la pena, ¿sí o no?

No creo que haga falta, pero por si las moscas, un sí como el corazón noble de esta familia. La fotografía es sobrecogedora, con el campo extremeño siempre de fondo y a pesar de que apenas disfruta de banda sonora no hace falta, pues el campo apenas tiene sonido. De obligatorio visionado, seas español o no, pues es simplemente desgarradora.

4 opiniones en “Los santos inocentes”

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